Igualmente asombrosa a la doctrina de la Trinidad es la doctrina de la Encarnación—que Cristo Jesús es Dios y hombre, aunque una persona, por siempre. Como J.I. Packer dijo: “Aquí hay dos misterios por el precio de uno—la pluralidad de personas en la unidad de Dios, la unión de la Deidad y humanidad en la persona de Jesús. … Nada en ficción es tan fantástica como es la verdad de la Encarnación,” escribe el teólogo contemporáneo J.I. Packer.
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La iglesia primitiva consideraba la Encarnación como una de las verdades más importantes de nuestra fe. Por eso, formularon lo que vendría a ser el Credo de Calcedonia, una declaración que expresa qué es lo que debemos creer y lo que no debemos creer acerca de la Encarnación. Este credo fue el fruto de un largo concilio que tomo lugar desde el 8 de octubre hasta el 1ro de noviembre de 451, en la ciudad de Calcedonia y “ha sido tomado como la definición estándar y ortodoxa de la enseñanza bíblica sobre la persona de Cristo desde esa fecha” por todas las ramas principales del Cristianismo.
2 Existen cinco verdades principales con las que el Credo de Calcedonia resumió la enseñanza bíblica acerca de la Encarnación.
- Jesús tiene dos naturalezas—Él es Dios y hombre.
- Cada naturaleza es plena y completa—Él es completamente Dios y completamente hombre.
- Cada naturaleza se mantiene distinta.
- Cristo es una sola Persona
- Las cosas que son verdad de solo una de las naturalezas son, no obstante, verdad de la Persona de Cristo.
Un entendimiento apropiado de estas verdades aclara mucha confusión y numerosas dudas que talvez tengamos en nuestras mentes. ¿Cómo puede Jesús ser Dios y hombre al mismo tiempo? ¿Por qué esto no lo hace dos personas? ¿Cómo se relaciona su Encarnación a la Trinidad? ¿Cómo pudo Jesús haber tenido hambre (Mateo 4:2) y morir (Marcos 15:37) cuando estaba en la tierra, y aún ser Dios? ¿Abandonó Jesús algunos de sus atributos divinos en la Encarnación? ¿Por qué es impreciso decir que Jesús es una “parte” de Dios? ¿Sigue siendo Jesús humano ahora, y todavía Él tiene su cuerpo humano?
Jesús es Dios
La Biblia enseña que Jesús no es alguien que simplemente se parece mucho a Dios, o alguien que tiene un caminar muy cercano con Dios. En cambio, Jesús es el mismo Dios Altísimo. Tito 2:13 dice que como cristianos “aguardando la esperanza bienaventurada y la manifestación de la gloria de nuestro gran Dios y Salvador Cristo Jesús” Después de ver al Cristo resucitado, Tomás exclamó: ¡Señor mío y Dios mío!” (Juan 20:28). De la misma forma, el libro de Hebreos nos da el testimonio directo de Dios Padre acerca de Cristo: “Pero con respecto al Hijo dice: ‘Tu trono, oh Dios, es por los siglos de los siglos”, y el evangelio según Juan llama a Jesús “el unigénito Dios” (Juan 1:18).
Otra forma que en la Biblia enseña que Jesús es Dios es al demostrar que Él tiene todos los atributos de Dios. Él sabe todo (Mateo 18:20; 28:20; Hechos, 18:10), esta en todo lado (
Mat 16:21; Lucas 11:17; Juan 4:29), tiene todo el poder (
Mat 8:26,
27;
28:18;
Jn 11:38-44; Lc 7:14-15; Apocalipsis 1:18), no depende de nada fuera de si mismo para vivir (
Jn 1:4;
14:6;
8:58), gobierna sobre todo (
Mat 28:18; Ap 19:16; 1:5), nunca comenzó a existir y nunca cesará de existir (Juan 1:1; 8:58), y es nuestro Creador (Colosenses 1:16). En otras palabras, todo lo que Dios es, Jesús es. Porque Jesús es Dios.
Jesús es hombre
Debería ser obvio que si Jesús es Dios, entonces el siempre ha sido Dios. Nunca ha habido un tiempo en el que se hizo Dios, ya que Dios es eterno. Pero Jesús no ha sido siempre hombre. El milagro fantástico es que este Dios eterno se hizo hombre en la Encarnación aproximadamente 2,000 años atrás. Eso es lo que fue la Encarnación—Dios el Hijo haciéndose hombre. Y éste es el gran evento que celebramos en la Navidad.
Pero ¿A qué nos referimos exactamente cuando decimos que Dios el Hijo se hizo hombre? Con certeza no nos referimos a que Él se volvió en un hombre, en el sentido que Él cesó de ser Dios y comenzó a ser hombre. Jesús no renunció
nada de Su divinidad en la Encarnación, como es evidente en los versos que vimos anteriormente. En cambio, como lo afirma uno de los primeros teólogos, “Continuando lo que Él era, se convirtió en lo que no era.” Cristo “no era ahora Dios
menos algunos elementos de Su deidad, sino Dios
más todo lo Él había hecho suyo al tomar humanidad para Si mismo.”
3 Por tanto, Jesús no renunció de Sus atributos divinos en la Encarnación. Él se mantuvo en total posesión de todos ellos. Porque si Él alguna vez fuera a renunciar alguno de Sus atributos divinos, Él dejaría de ser Dios.
La verdad de la humanidad de Jesús es tan importante de afirmar como la verdad de su deidad. El apóstol Juan dice fuertemente que si alguien niega que Jesús es hombre es del espíritu el anticristo (1 Juan 4:2; 2 Juan 7). La humanidad de Jesús es demostrada en el hecho que Él fue nacido como un bebe de una madre humana (Lucas 2:7; Gálatas 4:4), en que Él sintió cansancio (Juan 4:6), sed (Juan 19:28), y hambre (Mateo 4:2); y que Él experimento todo el rango de emociones humanas como maravillarse (Mateo 8:10), llorar, y sentir dolor (Juan 11:35). Él vivió en la tierra justo como nosotros lo hacemos.
Tomado de: www.desiringgod.org